En LÃbano desde el 17 de octubre siguen las movilizaciones más masivas de la historia del paÃs contra las polÃticas de austeridad que el gobierno puso en marcha. Empezando especialmente por Beirut y en muchas de las ciudades del paÃs, la gente está en la calle. Están enfrentando, sin dar un paso atrás, a las fuerzas de seguridad armadas con gas lacrimógeno y balas de goma.
Lo que ha sido la chispa que incendió las masas fue la carga gubernamental de un impuesto de 0,20 dólares por dÃa sobre la utilización del servicio de WhatsApp. Sin embargo, detrás de la furia masiva están problemas estructurales del paÃs que brotan con la grave crisis económica.
LÃbano es uno de los paÃses con más deuda externa de la zona y el gobierno de Saad Hariri hizo un pacto el mayo pasado con otras fuerzas polÃticas sobre un plan de austeridad para poder sacar la economÃa de la crisis. El plan fue hacer pagar la factura la crisis a los trabajadores, que incluye medidas como recortes en los gastos públicos, bajar los salarios de los trabajadores públicos y subir los impuestos directos e indirectos.
De hecho, al pueblo libanés ya le faltaba suministros de luz, agua y gas y tampoco le llega suficiente ayuda sanitaria. Ahora la suma de más recortes en los servicios públicos hizo explotar la rabia popular que iba acumulándose. Otro factor que provocó la cólera del pueblo ha sido la insuficiente intervención del gobierno, por los recortes sociales, en la lucha contra los más de cien incendios forestales que hace una semana destruyó una buena parte de la riqueza natural del paÃs.
Después de las movilizaciones masivas el gobierno retiró su decisión de poner nuevos impuestos sobre la comunicación a través de Internet. Además, el primer ministro Hariri pidió a sus colegas preparar un nuevo plan contra la crisis económica. Sin embargo, estos pasos del gobierno no han sido suficientes para calmar la gente y acabar con las movilizaciones callejeras.
Pues los libaneses no consideran la crisis actual como solamente por las polÃticas del gobierno sino como un problema del régimen polÃtico capitalista corrupto. En el foco de la ira popular están los partidos polÃticos corruptos del régimen dirigidos por su mayorÃa por los empresarios más ricos que explotan los recursos del paÃs. Por eso la consigna principal de las calles libaneses es “el pueblo quiere que se vaya el régimenâ€. La misma que gritaban las masas del Oriente Medio y Norte del Ãfrica a partir del año 2011 en Túnez.
Nosotros, la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), apoyamos la lucha del pueblo trabajador libanés contra las consecuencias de la crisis económica y contra el régimen que la provoca. Consideramos esta lucha como la continuación de las movilizaciones que empezaron con las mismas consignas en el 2011 en la región y que en el 2019 siguieron en Sudan, Argelia, Egipto e Irak. En LÃbano para poder garantizar los derechos conquistados a través de las movilizaciones y la continuidad de la lucha obrera y popular, creemos que es muy importante construir un plan de lucha y un programa independiente del régimen actual y del imperialismo como parte de la construcción de una nueva dirección revolucionaria e internacionalista. En esta tarea los socialistas y las organizaciones clasistas libaneses tienen una responsabilidad enorme. Llamamos a todos los revolucionarios internacionalistas a solidarizarse con el pueblo luchador de LÃbano.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)-21 de octubre de 2019