Rusia: 7 de noviembre de 1917

Nota Explicativa: el 7 de Noviembre de 1917 los trabajadores y campesinos organizados en los Soviets tomaron el poder en Rusia. Publicamos el siguiente artículo de Mercedes Petit en conmemoración del 83 aniversario de la Revolución de Octubre

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Los Soviets tomaron el poder

Por Mercedes Petit

Durante el Siglo XX hubo todo tipo de procesos revolucionarios. Muchos triunfantes, otros derrotados. El más importante de todos ellos ha sido la Revolución Rusa, el 25 de octubre, según el viejo calendario del imperio zarista. Sus características, enseñanzas y su posterior desarrollo, son actualmente uno de los principales temas de debate entre los luchadores y los revolucionarios de todo el mundo.

En 1917 Rusia era gobernada con mano de hierro por la dictadura de los zares. Millones de campesinos vivían en la miseria, el atraso y la ignorancia propios de los resabios feudales que aun existían. En algunas ciudades, como San Petersburgo (la capital) y Moscú, se había desarrollado una joven y muy concentrada clase obrera industrial. El imperio zarista participaba de la Primera Guerra Mundial junto a Inglaterra y Francia.

Las masas campesinas y obreras que combatían en el ejército sufrían la peor parte de una situación de penurias cada vez más insostenible para todo el pueblo. El creciente descontento dio lugar a una insurrección triunfante, en San Petersburgo, que derrocó al Zar. Surgió un débil gobierno provisional, encabezado por Kerensky, integrado por el partido de la burguesía rusa y los partidos conciliadores que dirigían a los obreros y los campesinos, los mencheviques (socialdemócratas reformistas) y los socialrrevolucionarios. Al mismo tiempo, resurgieron los Soviets, organismos democráticos representativos de las masas en lucha, los obreros, los soldados y los campesinos que habían aparecido en la Revolución de 1905. El partido Bolchevique, encabezado por Lenin y Trotsky, era minoría, y comenzó a crecer.

La insurrección

El gobierno de Kerensky no solucionaba ninguno de los graves problemas populares. Rusia seguía participando en la guerra, no se repartía la tierra, no había pan en las ciudades, no se cumplían las promesas de elecciones. En los Soviets fue creciendo el descontento con los partidos conciliadores. El Partido Bolchevique adquiría cada vez más influencia. A fines de setiembre prácticamente ya lo seguían la mayoría de los delegados soviéticos de San Petersburgo y Moscú, y dirigía los principales regimientos.

A comienzo de octubre, la dirección del Partido Bolchevique llegó a la conclusión de que estaban dadas las condiciones para que los Soviets derrocaran a Kerensky y asumieran el gobierno. Un sector del Partido Socialrrevolucionario se sumó al plan insurreccional. Lenin seguía paso a paso los acontecimientos desde su refugio clandestino en Finlandia. Trotsky encabezó el Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado.

El 25 de octubre los Soviets asumieron el poder. Se instauró por primera vez en la historia un gobierno revolucionario de los obreros y campesinos, surgido de la movilización de las masas y de la democracia obrera, que proclamó la lucha por el socialismo internacional.

Los primeros años y la burocratización

Algunas de las primeras medidas que fue tomando el gobierno soviético fueron la entrega de la tierra a los campesinos, el control obrero en las fábricas, la realización de la postergada Asamblea Constituyente y el retiro de Rusia de la guerra imperialista. Así fue consolidando su apoyo entre las masas oprimidas y explotadas por el zarismo. Pero tanto la nobleza terrateniente como la burguesía rusa y el imperialismo comenzaron una cruenta guerra civil, para intentar aplastar a la joven república soviética. Gracias al denodado heroísmo de los obreros y campesinos y la conducción consecuente del Partido Bolchevique, la contrarrevolución burguesa fue aplastada. Al mismo tiempo, una oleada revolucionaria sacudió al resto de Europa, pero en ningún otro país se produjo algún triunfo semejante al ruso.

Lenin, Trotsky y los bolcheviques consideraban que la Rusia soviética solo podría mantenerse si era parte de un triunfo de la revolución socialista europea y mundial. Al quedar Rusia aislada y muy debilitada por el esfuerzo de la guerra civil, se abrió una nueva situación. Se impuso una burocracia que abandonó por completo el programa de la revolución socialista internacional y aplastó la democracia obrera. La encabezaba Stalin.

Lecciones de Octubre

Trotsky siguió encabezando la resistencia a Stalin (Lenin murió en enero de 1924), defendiendo el programa y el partido de la revolución socialista mundial.

En 1935, en su 18º aniversario, decía que la URSS bajo Stalin era “casi irreconocible” respecto de los primeros años, pero que aun cuando fuese totalmente barrido aquel primer triunfo del socialismo, dejaba experiencias invalorables. “Lealtad al programa revolucionario, hostilidad despiadada hacia la burguesía, ruptura decisiva con los social-patriotas [los reformistas de todo tipo], y profunda confianza en la fuerza revolucionaria de las masas: tales son las principales lecciones de Octubre.”

¿Siguen siendo válidas estas lecciones? La experiencia muestra que sí. La burguesía hunde cada vez a las masas en la miseria, los dirigentes conciliadores y reformistas reiteran sus frustraciones, y los trabajadores, campesinos y todos los oprimidos luchan y luchan en todo el mundo. Para acabar con el capitalismo, e incluso para impedir su regreso de la mano de los burócratas que se hacen burgueses, es necesario defender el programa y construir el partido revolucionario que permita el triunfo definitivo del socialismo en cada país y en todo el mundo, un socialismo internacionalista y democrático como el que comenzó a dar sus primeros pasos en octubre de 1917.

Fuente: El Socialista